Mitos sexuales
1. El
sexo oral no produce cáncer
Tanto la llamada felación (excitación del hombre a
partir de besar sus genitales) como el cunnilingus, (estimulación oral en el
área genital femenina) cuentan con un halo de inseguridad que limita su
práctica, debido principalmente a que tanto semen como secreciones genitales
son vehículos trasmisores de virus, bacterias y hongos generadores de
infecciones venéreas, pero nunca cáncer. El riesgo radica cuando la boca o los
órganos sexuales cuentan con una herida que sea la puerta deentrada a los
microorganismos mencionados.
No está por demás hacer referencia a las enfermedades
que pueden contraerse mediante sexo oral:
Herpes. Si se padece una infección de este tipo en la
boca (manifestada en las comisuras de los labios), no se debe practicar sexo
oral, pues fácilmente se puede contagiar el área genital; produce comezón,
ardor y dolor.
Gonorrea. Es producida por una bacteria (Neisseria
gonorrhoeae) que trasladada del área genital puede atacar las paredes de la
uretra (canal por donde transita la orina) en el hombre, y de la vagina en la
mujer, o del ano, recto y la garganta en ambos. Si no se atiende a tiempo puede
ser muy molesta y tener consecuencias, como imposibilidad para tener hijos,
problemas en corazón, piel y articulaciones.
Sífilis. Es adquirida a través de contacto sexual con
personas afectadas en fase contagiosa, así sea de manera anal, oral o
convencional. La bacteria (Treponema pallidum) produce una úlcera (chancro) que
se manifiesta en unos cuantos días, pero de no atenderse permanecerá en el
cuerpo, se reproducirá y tendrá episodios de manifestación y otros de
inactividad a lo largo de los siguientes 2 a 20 años; los casos avanzados manifiestan
inflamación de huesos y cartílagos (osteocondritis), además de afectar a piel,
mucosas, músculos y/o corazón, y puede acarrear ceguera, sordera, parálisis,
daño cerebral y, en ocasiones, la muerte.
2. Ingerir
semen no es dañino
Científicamente se ha comprobado que entre los componentes
del semen se encuentran proteínas, pero difícilmente se podría asegurar que su
ingestión represente un aporte de nutrientes significativo como para cubrir los
requerimientos de una persona para su vida cotidiana o, menos aun, para
aumentar de peso. Por otra parte, no hay evidencia de que tragar secreciones
vaginales o semen sea dañino a la salud, a no ser que dichos fluidos provengan
de una persona que tenga una enfermedad de transmisión sexual, como las señalas
con anterioridad.
3. La mujer eyacula
Para muchas mujeres es motivo de vergüenza mojar
sábanas, o incluso el colchón, con el fluido segregado involuntariamente al
momento del orgasmo, pues suele ser confundido con orina por ser expulsado por
la uretra (conducto por el que es eliminado este líquido de desecho).
Vayamos por partes. Es bien sabido que la mujer
produce una secreción vaginal al momento de la excitación, que tiene como
objetivo lubricar las paredes del órgano para que la penetración no resulte
dolorosa. Muchas mujeres lubrican abundantemente —lo cual no siempre indica que
se trate de una fémina multiorgásmica—, pero tampoco es este fluido el
segregado durante el punto culminante del orgasmo.
Las investigaciones más avanzadas señalan que el
fluido expelido es un líquido alcalino segregado por las glándulas
parauretrales, y en su constitución se han encontrado una enzima llamada
fosfatasa ácida prostática y glucosa (azúcar); el mecanismo de liberación se
activa como resultado de las contracciones pélvicas durante el orgasmo. Debemos
dejar claro que no todas las mujeres presentan la eyaculación, que la misma no
depende de algún tipo especial de estimulación y que entre quienes la
manifiestan habrá mayor o menor cantidad.
4. La vagina expulsa aire
También es causa de pena para muchas féminas el hecho
de que durante el encuentro sexual su órgano reproductor expulse aire y haga
ruido similar a la salida de gases estomacales por el ano, sin el aroma característico
de estos últimos. Bien, pues hay dos maneras de que haya presencia de aire en
la vagina:
Por la existencia de ciertas levaduras (hongos) en el
área; cuando este es el caso la expulsión de aire será casi imperceptible e irá
acompañado de un olor un tanto desagradable; habrá que realizar papanicolau con
colposcopía para corroborar la presencia de microorganismos y el tratamiento a
seguir.
Al tener relaciones sexuales, el movimiento del pene
empuja aire al interior del útero, de manera que tenderá a salir cuando el
órgano masculino lo permita, pudiendo ser incluso un tanto ruidoso (para
algunas chicas igualmente penoso). Evitando las posiciones en que se tiene el
coito que permiten el ingreso de aire se acabarán los problemas.
4.
La penetración
anal no sólo es para pervertidas
Si bien aún en nuestros días se sigue tachando a la masturbación
como algo indebido y morboso, la práctica del sexo anal supera al anterior como
transgresor por ser calificado como "sucio", "perverso" y
"del gusto de los depravados". Lo cierto es que el ano tiene tantas
terminaciones nerviosas sensibles como vagina o pene, por lo cual es igualmente
capaz de producir placer; incluso, algunas investigaciones al respecto indican
que hay mujeres que sólo pueden alcanzar el orgasmo por esta vía, sin que
intervenga vagina o clítoris, aunque no es lo más frecuente.
La penetración anal ha sido por siglos la opción para
quienes buscan preservar la virginidad y evitar embarazos no deseados, o como
una opción en los períodos de menstruación.
También debe tomarse en cuenta que a diferencia de la
vagina, el recto no se autolubrica tras la excitación, por lo que deberá
utilizarse crema o gel lubricante con base acuosa (vaselina y aceites
pueden perjudicar al látex del preservativo); el producto debe colocarse tanto
en pene o dedo como en ano. Finalmente, tenga en cuenta que el recto puede
llegar a sufrir daños si el coito es violento, de manera que la penetración
debe ser cuidadosa, paulatina y suave, retirándose si el receptor refiere dolor
intenso o si hay fuerte resistencia.
5. Mal olor
vaginal, no sólo tiene quien tiene relaciones sexuales
Por naturaleza la vagina tiene un olor peculiar, con
cierta acidez, que no es desagradable y que se debe a las bacterias que
conforman la flora microbiana que ahí habita. Cuando ésta se ve alterada, el
aroma que se desprende cambia notablemente, llegando a ser penetrante. La causa
más común es la presencia de una infección que deben ser tratada lo antes
posible por algún ginecólogo.
Otra causa común, y que debe tenerse muy en cuenta, es
la falta o indebido aseo de la vulva (entrada de la vagina) y de las zonas
cercanas a ésta, donde pueden acumularse sudor y orina. Sin embargo, se debe
tener en cuenta que también la higiene excesiva modificará la acidez de la
flora bacteriana, de modo que el uso de productos perfumados puede irritar la zona
y provocar un efecto no deseado. La revisión médica y los resultados de pruebas
de laboratorio determinan la presencia de microorganismos infecciosos y la
manera de hacerles frente, de forma que la medicación cambiará si los causantes
del problema con hongos o bacterias.
Ahora bien, la presencia de microorganismos no siempre
se debe a haber tenido contacto sexual con alguien infectado, ya que también
pueden presentarse por vestir ropa ajustada o húmeda, o por llevar gérmenes del
ano a la vulva por deficiente higiene genital.
6. La mujer puede quedar embarazada en su primera
relación sexual
Mucha gente considera imposible que se geste la
concepción durante el primer encuentro sexual, lo cual no tiene fundamento
médico, ya que biológicamente no existe ningún impedimento para que así suceda;
es más, algunas mujeres por efecto del nerviosismo y la ansiedad previa a la
noche de bodas o de su primera relación pueden adelantar la ovulación y
facilitar la concepción, hecho que ocurre con mucha frecuencia.
7. No todas las pastillas anticonceptivas
engordan
Algunas píldoras para evitar el embarazo tienen como
efecto secundario el aumento de peso; sin embargo, la industria farmacéutica ha
seguido investigando y ha lanzado al mercado pastillas anticonceptivas que tienen
menos efectos secundarios e incluso mejoran ciertos aspectos físicos, como el
cutis, al cual protegen del acné.
Ahora bien, existen otros métodos anticonceptivos que
pueden utilizarse en vez de la píldora:
De barrera. Condón masculino y femenino o diafragma.
Hormonales. Además de las pastillas, inyecciones e
implante de progesterona.
Dispositivos intrauterinos.
Naturales. Ritmo y coito interrumpido, aunque son los
menos confiables.
Cabe destacar que el mercado farmacéutico también
ofrece espermicidas en diferentes presentaciones (óvulos vaginales, cremas,
geles, supositorios o espumas) y su importancia radica en que contienen
sustancias que destruyen a los espermatozoides y se aplican en la vagina antes
del acto sexual.
8. El coito con cuidado durante el embarazo no hace
daño al feto
Cuando la gestante se encuentra en buen estado de
salud puede tener vida sexual activa sin ningún problema. Algunas mujeres lo
consideran inapropiado, pues creen que se hace daño al feto, cosa por demás
falsa, ya que el pene —por muy grande que sea— jamás será capaz de penetrar en
el útero, que es donde se encuentra el bebé.
Más bien, lo importante es buscar posiciones que
eviten que el abdomen de la embarazada sufra presión; las más recomendables
son:
Ambos de costado, procurando que la espalda de ella
quede pegada al pecho de él.
Ella sentada sobre el hombre, quien tiene que estar
acostado.
9.
El deseo sexual se acaba con la menopausia
Aproximadamente a los 48 años de edad la mujer empieza
a experimentar cambios generados en su aparato reproductor, ya que de manera
natural los ovarios producen estrógenos (hormonas femeninas) en menor cantidad,
y esto se refleja en la suspensión del sangrado menstrual (la última se
denomina menopausia), sudoración excesiva, oleadas repentinas de calor, fatiga
y depresión frecuente. Al conjunto de dichos síntomas que se les conoce como
climaterio.
Asimismo, la lubricación como respuesta al estimulo
sexual disminuye notablemente o el tiempo para lograrla es más prolongado,
además de que los labios mayores de la vagina reducen su grosor y las
contracciones uterinas se vuelven molestas; por si fuera poco, el deseo sexual
es menos intenso que cuando se tenían 20 años menos. Los anteriores factores
inciden para que una mujer evada el tema de las relaciones sexuales y su
práctica, de manera que los encuentros amorosos con su pareja se hacen más
espaciados y, al parecer, menos placenteros.
Bien, pues no todo está perdido. Una opción que muchas
mujeres tienen en cuenta es recurrir al tratamiento médico con hormonas
sintéticas que sustituyan a las que ya no se producen, las cuales, además de
ayudar a eliminar bochornos, nerviosismo, irritabilidad emocional,
inestabilidad psíquica, dolores de cabeza u otros síntomas del climaterio,
influyen positivamente en el mantenimiento de la libido (deseo sexual). Tenga
en cuenta que la prescripción debe hacerla un ginecólogo.
Estudios científicos señalan que la mujer que llega a
esta edad con una actividad sexual constante tendrá menos problemas en este
sentido durante el climaterio. Sin embargo, no está demás indicar que para
facilitar las relaciones sexuales pueden utilizarse lubricantes que faciliten la
penetración, que ésta debe llevarse a cabo sólo si la mujer está preparada, y
que en caso de que las dificultades no se superen se puede acudir al sexólogo
antes de que la relación de pareja lo resienta.
Finalmente, es importante hacer mención del condón
femenino, que es una realidad cada vez más popular; se trata de un fina funda
de poliuretano (plástico) que se ajusta a las paredes de la vagina, posee un
anillo interior, que permite colocarlo con facilidad, y otro exterior (de mayor
tamaño) que evita que haya contacto entre semen y vulva. A diferencia de los
masculinos, son más grandes y pueden colocarse hasta ocho horas antes del acto
sexual. Su eficacia anticonceptiva es de 95% cuando se usa correctamente,
además de que protege contra enfermedades de transmisión sexual.
10. La
masturbación afecta
A lo largo de incontables décadas se han extendido conceptos como que la
masturbación puede generar infertilidad, disfunción eréctil, acné, ceguera,
sordera, mongolismo, locura, epilepsia, crecimiento de vello en las palmas de
las manos, “hunde” a los ojos y les quita brillo, agota a los músculos,
perjudica a la memoria y la capacidad de pensar, degenera tejidos
y nervios y, cuando se abusa, muerte prematura.
Simplemente el hecho de ser tachada de pecado es
suficiente para que muchos practicantes se sientan sucios y que su imagen de
caballero se vea afectada, aunque sea hacia sí mismo. Lo cierto es que muchos
sexólogos coinciden en señalar que la represión a la que es sometido el menor
que se masturba generará dificultades posteriores, tanto en su vida sexual como
en otras funciones psíquicas. Por ejemplo, hacerlo a escondidas y con toda
prisa es uno de los antecedentes de eyaculación precoz, entendiendo ésta como
la incapacidad persistente para obtener y mantener la erección del órgano
masculino que le permita tener relaciones sexuales satisfactorias.
Ahora bien, debido a que en cada orgasmo el cuerpo
libera endorfinas (hormonas que contribuyen a la relajación) —comprobado
científicamente—, la masturbación es aconsejable para reducir estrés y
ansiedad, y como ayuda a conciliar el sueño. Además, brinda la oportunidad de
conocer y apreciar el propio cuerpo, lo que permite mejor autocontrol ante el
orgasmo.
11. Sólo un pene
grande satisface a la mujer
La más reciente encuesta sobre sexualidad que patrocina una firma de
condones señala que sólo 10% de las mujeres da importancia al tamaño del
miembro de su pareja, y que el porcentaje restante está convencido de que su
satisfacción sexual no depende de ello; es más, el mismo estudio señala que 98%
de las féminas opina que un pene mayor a 20 centímetros les
asusta o impresiona.
En realidad muy pocos hombres se interesan en saber
que la zona más sensible de la vagina se encuentra en los dos primeros
centímetros de la entrada (vulva); de manera que un pene de apenas 6 centímetros puede
pasar los 3
centímetros (en promedio) de los labios vulvares y
llegar a los dos primeros del órgano femenino con toda comodidad; ahora bien,
mediante rozamiento, un miembro viril más ancho estimula estos primeros
centímetros.
No debemos olvidar que la vagina está compuesta por
tejidos musculares que se contraen al ser estimulada, y es capaz de presionar y
adaptarse al tamaño promedio del pene; igualmente, el clítoris (que se
considera el punto más sensible de los genitales femeninos), reacciona
directamente al tacto, lo que hace que ellas gocen esta experiencia tanto como
la misma penetración.
Finalmente, para los interesados en el tema podemos
decir que a nivel mundial el promedio del tamaño del pene en estado de flacidez
es 8.85 centímetros
y erecto 16.4, con diámetro de 4.1.
12. La vasectomía
reduce el apetito sexual
Cientos de parejas que acuden por voluntad propia a
solicitar esta cirugía anticonceptiva se han abierto totalmente a disfrutar su
sexualidad al saber que no corren riesgo de embarazo. La vasectomía consiste en
sencilla intervención quirúrgica realizada por el urólogo —médico especializado
en los genitales masculinos— que requiere aproximadamente 20 minutos y la
aplicación de anestesia local.
El objetivo es impedir el paso de los espermatozoides,
a partir de pequeña incisión en el escroto (piel que recubre a los testículos)
de entre 1 y 2
centímetros, en la zona donde se localizan los conductos
deferentes (tubos que transportan semen) que son cortados, para posteriormente
ligar las puntas y coser nuevamente el escroto. Una vez concluida la operación,
el paciente puede salir caminando y continuar con sus actividades normales, ya
que el procedimiento y el periodo de recuperación no causan molestias.
Es falso considerar que durante la vasectomía se
cortarán tejidos importantes en el funcionamiento del órgano viril, como
algunos creen, y que ese es el primer paso para desarrollar disfunción eréctil,
eyaculación precoz o algún tipo de cáncer, como el de próstata o testículos.
Lo que debemos destacar es que la producción de
espermatozoides no se suspende con la vasectomía, de forma que después de la
intervención quirúrgica queda almacenada gran cantidad de esperma en las
vesículas seminales, por lo que es necesario que la pareja se proteja con algún
método anticonceptivo durante los siguientes 15 o 20 encuentros sexuales en los
que el varón eyacule; después de éstos el riesgo se acaba.
Igualmente importante es saber que este método no es
un escudo contra sida u otras enfermedades de transmisión sexual, por lo que el
individuo sometido a la vasectomía debe contemplar las precauciones
acostumbradas si sostiene relaciones riesgosas.
13. Una mujer
virgen siempre sangra en su primera relación
El himen es una membrana elástica que bordea a la pared vaginal y cubre
la entrada del órgano, y durante siglos se pensó que la única manera de
romperlo era mediante la penetración del miembro viril, la cual provocaría
dolor y sangrado a la mujer. Actualmente sabemos que puede haber mujeres que
nacen sin este fino tejido, o bien que puede desgarrarse mediante fuerte caída
o algún golpe que lesione a la vulva, excesivo flujo menstrual, así como
durante exploración ginecológica, por masturbación con inserción de dedos u
objetos, al abrir las piernas violentamente durante la práctica de algún
deporte —gimnasia, tenis, natación, montar bicicleta o caballo—, y por caricias
genitales con demasiada presión, entre otros.
Asimismo, la Medicina ha comprobado que hay mujeres que tienen
relaciones sexuales y pueden conservar su himen íntegro, pues en ocasiones éste
llega a ser tan flexible que permanece sin daño a pesar del coito. Es así que
no existe forma, incluso para un médico, de establecer con certeza si una mujer
es virgen o no.
Las mismas razones por las que el himen puede
desgarrarse son las que justifican el que no siempre haya sangrado durante la
primera relación sexual. No obstante, la ausencia del vital líquido en la noche
nupcial sigue provocando conflictos entre muchas parejas.
14. Sólo al haber
eyaculación hay embarazo
De forma natural, el pene al ponerse erecto segrega
líquido seminal que lo prepara para la penetración, el cual contiene
espermatozoides. Es así que al entrar el órgano a la vagina llevará espermas
que en los días fértiles de la mujer pueden fecundar al óvulo, aun sin haber
eyaculación. Es así que lo indicado es utilizar condón si no se conoce el ciclo
menstrual de la pareja, o que ella utilice algún otro método anticonceptivo;
¡claro!, siempre y cuando no se contemple un embarazo en el futuro inmediato.
15. La
circuncisión debe ser obligatoria
Si bien es
cierto que la piel (prepucio) que cubre a la cabeza del pene (glande) cumple la
función de protegerlo en la infancia de posibles ataques de virus que deriven
en infecciones, y más adelante en enfermedades de transmisión sexual, no hay un
consenso entre los especialistas médicos de que deba ser retirado
definitivamente mediante la llamada circuncisión.
Tal es la discrepancia al respecto que se estima que
en Estados Unidos 80% de los hombres están circuncidados, mientras que en
Europa sólo el 5%; el total a nivel mundial se calcula en 15%. Lo cierto es que
se ha comprobado que tanto los intervenidos como quienes no lo han sido son
igualmente candidatos a enfermedades infecciosas o venereas si no guardan las
precauciones debidas.
La decisión de practicar la circuncisión en los
menores recae en los padres y el pediatra, en tanto que adolescentes y adultos
deberán asesorarse con el urólogo.
16. Los
medicamentos para disfunción eréctil son afrodisiacos
En años recientes se ha incrementado la popularidad de los fármacos para
el tratamiento de disfunción eréctil, los cuales dirigen su acción únicamente a
los llamados cuerpos cavernosos del pene, donde inhiben a una enzima
(fosfodiesterasa V) que inhabilita al mecanismo de erección, logrando como resultado
que ésta pueda mantenerse por más tiempo. Ahora bien, lo anterior no quiere
decir que la sustancia médica provocaría francamente el deseo sexual a quien no
lo tiene, ya que éste se desarrolla en el cerebro y no en el órgano viril.
La experiencia científica señala que si un varón,
gracias a los medicamentos mencionados, mejora su función sexual alterada por
problemas de erección, también mejorará su deseo sexual, aunque sea en forma
indirecta, elevando considerablemente su autoestima.
17. Eyaculación es
sinónimo de orgasmo
Un muy alto porcentaje de los varones consideran que el fin de toda
relación íntima es el coito o penetración, a través del cual obtendrán un
orgasmo que les generará placer. Bien, pues varios sexólogos han comprobado que
el autocontrol en la respiración aumenta la intensidad de un orgasmo y puede
prolongarlo sin que haya eyaculación.
Quienes con mayor conocimiento llevan a la práctica lo
anterior son los seguidores del Tantra, milenaria doctrina procedente de la India cuya meta es el autoconocimiento
del individuo. Por supuesto que esta muy respetable disciplina dirige todo su
objetivo al bienestar general del ser humano, donde el aspecto sexual es sólo
una parte de ello.
Partiendo de la premisa de que el cuerpo humano es “un
templo sagrado”, el hombre tantrista aprende a esperar y a llevar a cabo el
encuentro amoroso sin apresuramiento, haciendo especial énfasis en la
relajación corporal y el control de la respiración, es decir, desacelerar y
profundizar conscientemente el ritmo de inhalación y exhalación, lo cual tiene
importante impacto en el control de la eyaculación. De esta forma puede
efectuar movimientos ligeros, armónicos y con ritmo agradable, lo que conduce a
una relación sensual y prolongada, haciendo más estrecha la unión entre la
pareja.
18. Los hombres no
tienen punto G
Desde la década de los 60 del siglo pasado se denominó punto G femenino a
un residuo de tejido que se forma desde el embrión, localizado en la pared
frontal de la vagina, circundado por terminaciones nerviosas y sensibles. Su
popularidad desde entonces se debe a que sabiéndolo estimular dicho tejido
puede producir enorme excitación que en algunos casos se traducirá en
prolongada cadena de orgasmos.
La mejor manera de estimular el mencionado punto es
tocándolo o bien al tener una penetración profunda en la vagina, pero por
detrás, haciendo que el pene tenga mayor contacto con la pared anterior del
órgano femenino.
Bien, pues en años recientes se ha hablado de que el
varón también cuenta con un punto G, igualmente de sensibilidad extrema que
puede ser estimulado para desencadenar orgasmos. En realidad se trata de la
próstata, glándula que cumple importante función biológica, principalmente en
la etapa reproductiva, ya que genera el líquido seminal que protege y
transporta a los espermatozoides en la ruta que éstos siguen hasta el útero
femenino durante el coito (penetración).
La estimulación en el hombre igualmente puede hacerse
mediante el tacto a través del ano, desde donde se puede guiar un dedo a través
de la pared frontal de su recto, aproximadamente 5 centímetros, hasta
notar pequeño abultamiento en forma de nuez, el punto G masculino. Como se
puede imaginar, no todos los varones están dispuestos a gozar la experiencia.
19. La sexualidad
se extingue con la edad
De acuerdo a investigaciones científicas, el hombre
alcanza su mayor vigor sexual entre los 30 y 35 años de edad, tendiendo a
declinar posteriormente. La explicación a lo anterior es que después de esa
edad suelen hacerse presentes problemas de salud que incidirán en la salud
sexual del individuo, tal es el caso de diabetes, hipertensión y padecimientos
del corazón, entre otras. Mire usted, por ejemplo, los altos niveles de glucosa
en sangre (diabetes) alteran el buen funcionamiento del sistema circulatorio en
general, del cual depende el mecanismo de erección del órgano reproductor
masculino; es así que descuidos en el tratamiento de esta enfermedad pueden
provocar disfunción eréctil. Sin embargo, debemos enfatizar que lo anterior no
se presenta en todos los hombres y que los padecimientos que se han mencionado
pueden ser controlados y, en consecuencia, también los trastornos sexuales que
de ellos se derivan.
Por otra parte, el hombre que ha llevado una vida
saludable y ha mantenido una sexualidad activa desde su juventud asegura que
también la tendrá durante la vejez. Es verdad, la capacidad sexual disminuye en
forma natural con el paso del tiempo, pero no tiene porqué perderse del todo.
En el varón se puede hablar de disminución de la
calidad de la erección, tanto en rigidez como en duración, así como de la
capacidad de fecundar por la baja producción de espermatozoides; igualmente,
cabe destacar el período refractario post-coito, es decir, el tiempo que le
lleva reponerse para la siguiente relación, el cual puede alargarse por días o
semanas; por ejemplo, se sabe de ancianos que a los 80 años tienen una relación
coital cada tres semanas, ¿qué le parece?
20. El tener
relaciones sexuales de pie impide el embarazo.
Mito: este es otro
mito frecuente. La posición en
que se tenga la relación sexual no afecta las posibilidades de no embarazarse.
Basta que la mujer esté en su período fértil para que la posibilidad de
embarazarse si tiene relaciones sexuales esté presente.
21. Los
varones, para ser más hombres, necesitan tener muchas relaciones sexuales.
Mito: la hombría
no está dada por la cantidad de veces que se ha acostado con una mujer, ni por
la cantidad de mujeres que tenga “disponible”. La hombría se mide por la
responsabilidad y respeto con que el hombre vive su sexualidad, reconociendo en
ella un valor y logrando una actitud de cuidado y valoración de ella. Un
“verdadero hombre” es quien es capaz de respetar a la mujer y respetarse a sí
mismo entendiendo la relación sexual como un acto de intimidad, amor y respeto
mutuo.
22. A las
mujeres que han tenido relaciones sexuales se les arquean las piernas.
Mito: el haber tenido relaciones sexuales no provoca
ningún cambio físico en la mujer, ni en el hombre. Por lo tanto no es posible
“saber” si una mujer ha tenido o no relaciones sexuales a través de su
estructura física.
23. Los hombres
pueden expresar sus emociones y afectos frente a los demás.
Realidad: los hombres no sólo tienen el derecho, sino
que son capaces de expresar y manifestar sus emociones y afectos con naturalidad.
Ellos, al igual que las mujeres, tienen la capacidad de ser sensibles y
afectuosos. Muchas veces ellos reciben mensajes de la familia, la escuela, los
medios de comunicación, que les impiden desarrollar esta capacidad. Es
necesario superar estos mensajes para poder desarrollar todas las capacidades
que tienen como seres humanos.
24. El
lavado vaginal después de la relación sexual es un método eficaz para evitar el
embarazo.
Mito: el lavarse después de haber tenido relaciones
sexuales o el tomar agüitas de hierba, no evita la posibilidad de que ocurra un
embarazo. Los métodos efectivos para evitar el embarazo se basan en datos y
técnicas científicamente probadas y que la pareja debe conocer antes de tener
la relación sexual.
25. Cuidarse
“por las fechas” (método del calendario) no es recomendable para evitar el
embarazo.
Realidad: dado que
la mujer puede tener ciclos más largos o más cortos, el cuidarse por las fechas
se considera muy arriesgado pues ella no puede anticipar si su ciclo va a ser
regular y exacto de 28 días. Cualquier variación en él, echa por tierra todos
los cálculos de fechas que se hayan
podido hacer.
26. Durante
la menstruación la mujer no debe practicar deportes, o lavarse el pelo, porque
si lo hace se le puede cortar la regla.
Mito: durante su menstruación,
o regla, la mujer puede realizar todas las actividades que desee en forma
normal y natural. Los cuidados que ella deberá tener tienen que ver con
mantener su higiene personal, por lo que el bañarse, lavarse el pelo, etc.
Durante la regla son acciones recomendadas. Sólo en caso de que sienta
molestias específicas, puede disminuir la actividad deportiva y tomar algún
analgésico.
27. Las
eyaculaciones o emisiones nocturnas son absolutamente normales en los varones.
Realidad: a partir del fin de la
pubertad (13-14 años aproximadamente) es natural que los muchachos tengan
eyaculaciones espontáneas durante los sueños. Esto es un signo que habla de la
maduración sexual-biológica que están experimentando. Esta experiencia se
relaciona con el inicio de la menstruación, en la caso de las muchachas. Ambas
situaciones indican que muchachos y muchachas han logrado un desarrollo
biológico que les da la capacidad de reproducirse.
Sin
embargo, cabe aclarar que la capacidad para hacerse responsables de poder
procrear no se limita sólo a lo biológico, sino que requiere de una maduración
psicológica, social y valórica, que permita asumir la responsabilidad que
implica la maternidad y paternidad.
28. La
falta de himen en la mujer es la prueba de que ella ya no es virgen.
Mito: el himen es una
membrana muy delgada y frágil que se encuentra a la entrada de la vagina de la
mujer. El que una mujer no lo tenga o se le haya perforado no es un signo de
que ella ya haya tenido relaciones sexuales. Un ejercicio físico, una maniobra
brusca o un accidente pueden hacer que se rompa; también hay mujeres que tienen
el himen perforado desde su nacimiento y nunca han tenido relaciones sexuales.
La mujer debe valorar y cuidar su sexualidad más allá de los mitos que existan
en torno a ella.
29. Si la
mujer no sangra en su primera relación sexual, quiere decir que no es virgen.
Mito: el sangrado durante la
primera relación sexual tampoco es un signo de virginidad. Si ha habido una
buena estimulación y lubricación vaginal en los momentos previos a la
penetración, no tendría por qué haber sangrado ni dolor de ningún tipo. Esto
podría llegar a ocurrir cuando no ha habido una buena preparación y
estimulación, produciéndose algún tipo de sangrado o dolor producto del roce o
de la tensión con que se esté viviendo la relación sexual.