sábado, 2 de junio de 2012

Mitos de la Medicina


Mitos de la Medicina



1.      Hay que beber al menos ocho vasos de agua al día
No hay ni una sola evidencia médica que indique que una persona necesita diariamente beber esa cantidad de agua. Evidentemente hay que aportar a nuestro organismo agua, para que éste no se deshidrate (sobre todo en verano), pero cada persona tiene una composición física y metabólica diferente, por lo que cada uno necesitamos una cantidad mayor o menor de agua para encontrarnos en perfectas condiciones. 
Se supone que este mito procede del año 1945, en el que el Consejo de Nutrición norteamericano indicó que una persona consume al día el equivalente 64 onzas de líquido (190 centilitros) o lo que es lo mismo: 8 vasos. Pero hay que tener en cuenta que el líquido al que se refiere es todo el que ya va incorporado en bebidas y alimentos que tomamos a lo largo de la jornada, como frutas, verduras, cafés y/o infusiones, aparte del agua que consumamos. 

2.      Sólo utilizamos el 10 por ciento de nuestro cerebro 
No hay una sola prueba o evidencia que demuestre que tan solo utilizamos un 10% de nuestro cerebro. Se ha hecho mucha literatura al respecto y es uno de los mitos (o leyendas urbanas) que más éxito tiene entre los amigos de propagarla. Hay quien incluso se la atribuye (erróneamente) a Albert Einstein, aunque, posiblemente, el mito nace a principios del siglo XX, en el que los charlatanes, vendedores ambulantes y otros amigos de lo paranormal, querían convencer a la gente de que aún no habían llegado a su potencial máximo y así convencerles para que comprasen sus productos milagrosos. 
Los seres humanos utilizamos la totalidad de nuestro cerebro y todas las resonancias magnéticas, tomografías por emisión de positrones o PET y otros estudios por imágenes que se han realizado para determinar la actividad del cerebro, no han mostrado zonas del cerebro inactivas (en personas si lesiones cerebrales, evidentemente). 

3.      Leer con poca luz hace perder vista 
Las pupilas de los ojos están preparadas para dilatarse cuando estamos en un lugar con poca luz. Lo que hace que, tras un rato casi a oscuras podamos ver casi a la perfección. El leer con poca luz no nos hacer perder vista, simplemente ésta puede cansarse antes y provoque que nuestra agudeza visual disminuya un poco (momentáneamente), pero tras un rato de descanso volveremos a ver perfectamente y a la larga o con los años, la pérdida que podamos sufrir de nuestra vista no será a causa de las noches que nos pasamos de adolescentes leyendo con una linterna, sino porque nos toca por edad.

4.      Comer pavo produce sueño
La carne de pavo contiene un aminoácido llamado triptófano, el cual consumido en gran cantidad puede provocar algún tipo de somnolencia, pero necesitaríamos zamparnos varios pavos enteros para que nos hiciera efecto. Además hay que tener en cuenta que el pavo no contiene más cantidad de triptófano del que pueda contener un pollo o una pieza de carne de ternera. 
El mito y asociación del pavo con el sueño viene de la costumbre de comer esta ave en grandes ocasiones (Navidad, Acción de Gracias en Norteamérica…). Son días de grandes comilonas, en las que se acompaña el menú con una buena cantidad de alcohol. Tras zampar y beber todo eso, en el momento de reposo es normal que nos entre cierta somnolencia, pero la misma que si hubiésemos comido otro tipo de alimento rico en grasas o carbohidratos. 

5.      Las uñas y el pelo siguen creciendo después de morir
En realidad no crecen ni las uñas ni el pelo, es todo lo contrario, son los tejidos los que encojen, dejando a la vista más trozo de pelo y uña. Ello es posible debido a que, tras el fallecimiento, en el organismo comienza un proceso de deshidratación (lo que quiere decir que el cuerpo pierde su agua). 
Esta deshidratación provoca que los tejidos se encojan y al encogerse queda a la vista la parte del pelo que está incrustada en la piel y lo mismo pasa con el trozo de uña que permanece oculta bajo la piel de los dedos, pues queda visible al encogerse estos a causa de dicho proceso. 

6.      Raparse el pelo hace que crezca más rápido, más grueso y más oscuro
El tiempo de crecimiento del cabello es siempre el mismo para cada persona, se lo rape al cero o solo las puntas. En cuanto al grosor, hay que pensar que cuando crece un pelo nuevo (en una cabeza rapada) éste siempre es más grueso, pero a medida que va creciendo, el pelo se vuelve más fino. La tonalidad más oscura se la da el hecho de que el pelo recién salido todavía no ha sido blanqueado por el sol. 

7.      Los teléfonos móviles son peligrosos en los hospitales 
No existe ni un solo caso comprobado de que en alguno de los miles de hospitales repartidos por todo el planeta haya ocurrido alguna incidencia grave a causa de la utilización de un teléfono móvil. 
Se han realizado centenares de pruebas para intentar comprobar si las ondas de los móviles pueden interferir en el instrumental médico y en ningún caso se ha podido determinar su peligrosidad. Por el contrario, se ha demostrado que el uso del teléfono entre médicos puede ser de gran ayuda a la hora de salvar una vida y cometer menos errores en sus diagnósticos. 

8.       El chicle tarda siete años en pasar a través del sistema digestivo
Falso. El componente de la goma de mascar es digerible y no se adhiere al estómago.

9.      Reducir el consumo de sal ayuda a disminuir la presión arterial alta
Verdadero. En una conferencia internacional realizada en 1998, un grupo de investigadores dijeron que en la raza negra con presión arterial alta y acumulación de grandes cantidades de sal en sus dietas, incluso una pequeña disminución de la sal podía ayudar a regular la presión arterial.
La raza negra es propensa a la hipertensión, pero el consejo se aplica en todas las personas.

10.  Mirar un eclipse puede provocar ceguera
Verdadero. No se recomienda mirar directamente al sol a simple vista o con cualquier dispositivo óptico sin filtro. La luz del sol puede dañar las terminaciones nerviosas sensibles a la luz que causan pérdida de visión.
Los eclipses totales y parciales pueden provocar graves daños si no se toman precauciones para prevenir la ceguera.

11.  El frío y el viento causan resfriados
Falso. Los resfriados son causados ​​por virus, los cuales se pueden contraer mediante la inhalación de gotitas infectadas que están en el aire o por tocar algo que una persona infectada tocó. Los virus del resfriado son más activos durante el invierno, por eso las personas se enferman más en invierno.

12.  Se puede contraer una enfermedad de transmisión sexual (ETS) a partir de un asiento de inodoro
Falso. Las superficies duras como los asientos de inodoro no son propicias para mantener vivos los virus que generan las enfermedades de transmisión sexual.

13.  El consumo de leche caliente ayuda a dormir
Verdadero. La leche contiene una sustancia química conocida como triptófano, que ayuda a dormir mejor.

14.  El chocolate causa acné
Falso. El acné se forma cuando las glándulas sebáceas hacen demasiado sebo, una sustancia cerosa que puede obstruir los poros. En la actualidad existen diversos remedios útiles para acabar con el acné.

15.  Los adultos no necesitan vacunas. También es falso. La mayoría de la personas, explica Snyderman, piensan que estas inyecciones sólo se deben de poner a los niños.
Sin embargo, hoy en día hay un sinfín de enfermedades que ya cuentan con vacuna; tal es el caso de la gripa y el papiloma humano.
Recalca que estos medicamentos tienen una fecha de caducidad, por lo que es importante reforzarlos.  

16.  La saliva es un buen desinfectante
En realidad esta contiene una sustancia denominada lisozima, que tiene un poder bactericida muy bajo, capaz de destruir gérmenes relativamente inofensivos. Esta creencia puede tener su origen en la imitación de la conducta de los animales, pero lo más probable es que la aplicación de saliva en las heridas favorezca el transporte de gérmenes más agresivos y así aumente el riesgo de infección.

17.  Los chicles tumban los dientes 
Este mito se relaciona con el hecho de que los azúcares de algunos chicles, que no se remueven con limpieza, pueden promover el crecimiento bacteriano y las caries. Cuando se acompaña de una buena higiene, masticar chicle, dicen estudios, podría aportar beneficios.

18.  Tomar mucha agua adelgaza 
No es cierto. Lo que está probado es que aumentar su consumo antes de cada comida genera una sensación de saciedad que conlleva a reducir la ingesta de alimentos. Las personas con males renales o cardiovasculares que la toman en exceso pueden sufrir desequilibrios peligrosos.

19.  Acostarse inmediatamente después de comer, engorda
Lo que se sabe es que acostarse inmediatamente después de comer puede causar indigestión y, por consiguiente, alterar el sueño; no es cierto que cause un aumento de peso. Ahora, si realiza alguna actividad después de comer, esto facilita la digestión y pueden quemarse calorías.

20.  Mucho ejercicio puede ser mortal
No en todos los casos: el ejercicio regular, en condiciones aeróbicas, es benéfico para la salud. La creencia surgió de un estudio que encontró que los atletas de alto rendimiento, con fibrosis cardiaca, pueden morir súbitamente a causa de la práctica continua de ejercicio en exceso.

21.  Las inyecciones son el tratamiento más rápido
La vía de administración de cada tratamiento y medicamento es definida por sus características farmacológicas y la enfermedad. No es cierto que la acción de las inyecciones (venosas, subcutáneas o musculares) sea siempre la más rápida.

22.  Bañarse con agua fría aumenta los cólicos menstruales.
Cierto. En mujeres susceptibles el frío aumenta la contracción del músculo liso del útero y aumenta el dolor.

23.  Poner rodajas de papa en la frente sirve para bajar la fiebre de los niños. 
Es parcialmente cierto. La papa es rica en agua. El agua promueve el intercambio de calor desde el cuerpo, lo que ayudaría a bajar la fiebre. Lo mejor es aplicar compresas húmedas. Si la fiebre es alta hay que consultar.

24.  Consumir mucho azúcar o dulces puede desencadenar diabetes.
No, aun personas que no consumen dulces pueden desarrollar diabetes, porque se trata de una enfermedad en la que se asocian factores genéticos y factores de estilo de vida. Dentro del estilo de vida la alimentación es importante, pero no exclusivamente por el consumo o no de azúcar. Si existe un consumo excesivo de calorías que lleve a la obesidad, el riesgo de diabetes es mayor; otro tanto sucede con la falta de ejercicio físico.

25.  Si se consume alimentos que contienen vitamina C ya se está protegido de la gripe
Esta mejora eventualmente la regeneración de nuestros tejidos, pero no nos protege de tener una gripe”



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