sábado, 2 de junio de 2012

Mitos sobre la alimentación


Mitos sobre la alimentación



1. El pan engorda: estrictamente todo alimento engorda porque va a aportar energía a nuestro organismo, pero precisamente el pan no se va a almacenar en forma de grasa, sino en forma de depósito de glucógeno, que son indispensables para nuestra energía diaria. Eso sí, si entre el pan metes medio kilo de chorizo evidentemente ese pan si engordará.


2. Los alimentos light adelgazan: un alimento light aportará menos calorías que su original, pero si en lugar de tomar una ración tomamos dos estamos en las mismas. Por tanto no por ser light conlleva obligatoriamente adelgazar.

3. Es mejor separar alimentos ricos en hidratos de carbono y proteínas en las comidas: ya de por si los alimentos tienen diferentes proporciones de nutrientes en su composición, por lo cual la total separación sería imposible. El mezclar ambos tipos de alimentos no va a repercutir en nada en la digestión y absorción de los mismos, por tanto no tiene sentido separarlos.

4. El chocolate es muy perjudicial y debemos eliminarlo de nuestra alimentación.
El chocolate contiene unas sustancias conocidas como flavonoides que ayudan a mantener el corazón sano, facilitan una buena circulación sanguínea y disminuyen la coagulación de la sangre. El cacao es un producto rico en sustancias antioxidantes que ayudan a reducir el daño de partículas tóxicas conocidas como radicales libres. A pesar de estas virtudes contiene alrededor de un 30% de grasa, por lo que conviene consumirlo con moderación.

5. No importa cuanto comamos, lo importante es no mezclar alimentos: hidratos y proteínas.

Típico de las “dietas disociadas”, carece de fundamento científico ya que nuestro cuerpo se encuentra dotado de enzimas capaces de digerir los alimentos juntos o separados sin disminuir su actividad o eficiencia. Recordemos que cuanto más variada sea una comida más nutritiva será. La razón por lo que algunas personas pierden peso con estas dietas es porque la alimentación se torna monótona y aburrida y terminan comiendo menos.

6. Los conservantes son perjudiciales para la salud. 
Sin los conservantes, la cadena alimenticia no sería tan segura como lo es en la actualidad. Las estrictas normativas aplicadas y los rigurosos controles científicos hacen que estos sean elementos seguros en nuestra dieta.

7. Para perder peso lo mejor es no comer hidratos de carbono (pan, cereales, azúcar, legumbres y pastas).
No olvidemos que los hidratos de carbono son nuestra principal fuente energética. Una dieta con restricción de hidratos será rica en proteínas y grasas, lo que favorece al aumento de colesterol y ácido úrico.

8. Sólo el café contiene cafeína.
La cafeína también está presente en forma natural en las hojas de té, los refrescos y las semillas de cacao, aunque en este caso en cantidades menores. Los cafés descafeinados también contienen cafeína aunque en una proporción muy pequeña.

9. Las mujeres embarazadas necesitan comer por dos.
Las mujeres embarazadas necesitan consumir en los dos últimos trimestres 300 kcal más, pero lo importante no es comer mucho, sino comer bien, o lo que es lo mismo, no importa tanto la cantidad como la calidad.

10. Todos los productos light son bajos en calorías.
Un producto light es aquel al que se le ha reducido o eliminado alguno de sus componentes. No significa necesariamente que tenga pocas calorías, es el caso de margarinas, mayonesas, patés, chocolates, que pese a que pueden venderse como light, siguen aportando muchas calorías. Light significa que tiene menos calorías que el producto original, pero pueden seguir conteniendo muchas calorías.

11. Beber zumo de naranjas o limón por las mañanas quema las grasas.
Ningún alimento tiene esa función, lo único que puede quemar la grasa es comer menos calorías de las que tu cuerpo necesita o hacer ejercicio. No obstante es muy saludable acompañar el desayuno con frutas y zumos por su importante aporte vitamínico.

12. Saltearse comidas ayuda a adelgazar. Todas las investigaciones sobre el tema muestran que, en realidad, saltarse las comidas puede desencadenar una sobre compensación y una mayor ingestión de alimentos en la siguiente comida. Y no sólo eso, cuando nos saltamos una comida, el cuerpo compensa la pérdida de energía conservando lo ya ingerido y ralentizando el metabolismo.

13. La sal engorda.
La sal no engorda. La sal es un mineral y no tiene calorías, pero puede producir retención de agua en enfermedades como la insuficiencia cardiaca, renal o hepática, pero en personas normales no altera su peso.

14. El aceite de oliva no engorda.
Todos los aceites vegetales (oliva, girasol, maíz…) tienen las mismas calorías, no debemos excluirlo de la dieta, pero si consumirlos con moderación. El aceite de oliva, en concreto, tiene más efectos beneficiosos para la salud.
15. El aceite es más saludable que la manteca. Sí, porque al ser de origen vegetal los aceites no tienen colesterol. La grasa de la manteca, en cambio, es de origen animal y por tanto tiene colesterol.
16. Comer zanahorias mejora la visión. Si. La zanahoria, junto con las verduras de hoja, el zapallo y el durazno son ricos en vitamina A. Y hoy se sabe que la carencia de vitamina A produce menor visión en la penumbra (nictalopía).
17. El zapallo engorda las piernas. Ningún alimento puede actuar específicamente sobre alguna zona del cuerpo.
18. Una manzana por día aleja al médico. Sí, porque disminuye los niveles de colesterol sanguíneo y aporta potasio, vitaminas C y E. También, aumenta las defensas del organismo.
19. La lechuga previene el cáncer. Sí. Las diferentes clases de lechuga y verduras de hojas verdes contribuyen a disminuir el riesgo de cáncer, en especial el de estómago. También puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, el infarto y las cataratas por su contenido en vitaminas C, E y carotenos, especialmente alto en las hojas más externas.
20. La espinaca da fuerza. Si, pero no tanto como se cree. Utilizada en Occidente desde hace 500 años, su consumo se popularizó a partir de la década del 50 porque una mala trascripción de un informe científico le adjudicó diez veces más hierro del que en realidad contiene (23 mg cada 100 g) y Popeye hizo el resto. Sin embargo, pocos saben que supera a la zanahoria en betacaroteno, y que 3/4 de taza de espinacas cocidas proveen el 100% de nuestros requerimientos de vitamina B6, 50% de la vitamina C, 25% de ácido fólico y un sorprendente 300% de vitamina K. También provee hierro y potasio, es 100% dietética, libre de grasa, y sólo aporta 23 calorías por taza.
21. La lenteja es la carne de los pobres. Sí, es tan nutritiva como la carne, pero sólo cuando se la combina con arroz, cebada o trigo. De esta forma, todas las legumbres (lentejas, garbanzos, porotos) son una buena fuente proteica y energética.
22. La papa no tiene valor nutritivo. No es verdad. La papa es riquísima en potasio, almidón y vitamina C.
23. El té de tilo es sedante. Sí, al igual que la hierba llamada passiflora o valeriana, produce un efecto relajante, aplaca y disminuye la angustia.
24. Una copa de vino diaria disminuye el riesgo de un infarto. Es posible, en tanto el vino tiene un pigmento (las antocianinas) que eleva el colesterol bueno. Pero hay que tener presente que el máximo de vino recomendable son dos copas diarias (28 gramos de etanol) para los hombres, y una copa al día 14 gramos) para las mujeres. Pasado ese límite, el exceso de alcohol es dañino para el hígado.
25. La cerveza engorda. Falso. Es de sobra conocido el mito de la 'barriga cervecera', sin embargo, es bastante injusto con esta bebida milenaria elaborada a partir de cereales. De hecho, la mayoría de nutricionistas coinciden en que el consumo moderado de cerveza es beneficioso para la salud. Tanto es así que recientemente se ha incluido, con el vino, en la pirámide de alimentación saludable. Un par de cañas nos proporcionan hidratación inmediata, ácido fólico, fibra soluble y antioxidantes, además de contribuir a mejorar nuestra salud cardiovascular. Además, es diurética, depurativa y sólo tiene 90 calorías, bastante menos que un refresco de cola o de naranja. Sánchez-Albornoz puntualiza: "con la cerveza es como con todo, en dosis excesivas, claro que engorda. Todos los días, tres o cuatro cañas es excesivo, y cuidado con la tapita".
26. Las frutas y verduras ayudan a reducir el colesterol. Todo lo que tenga fibras va a ayudar a bajar el colesterol: panes integrales, legumbres, cereales integrales, choclo, y frutas y verduras en general.
27. El consumo de ajo crudo mejora la circulación. El ajo tiene una sustancia que interfiere en la síntesis de colesterol, por lo tanto el consumo diario de ajo picado contribuye a mejorar la circulación sanguínea. El ajo comercializado en cápsulas no parece ser tan efectivo como lo es el alimento natural.
28. La papa engorda. Es relativo. Es un vegetal rico en almidón, al igual que la batata y el choclo. En la pirámide nutricional está dentro del grupo de almidones junto con las pastas, el arroz, las legumbres y el pan. Una papa chica (100 gramos) aporta100 calorías, lo mismo que dos tazas de zanahorias crudas.
29. El café quita el sueño. Sí, porque tiene cafeína, una sustancia alcaloide que es estimulante. Una buena solución para evitarlas noches de insomnio es el café descafeinado que sólo aporta 3 mg de cafeína por taza contra entre 75 y150 mg por taza de un café común.
30. La coliflor y el brócoli pueden ocasionar problemas intestinales. Sí, porque tienen un alto contenido en azufre y un alto grado de fermentación. Lo ideal sería incorporarlos diariamente aunque sea en pequeñas cantidades porque son potencialmente anticancerígenas.
31. La mujer puede tomar alcohol durante el embarazo. No se debe tomar alcohol porque, según confirmaron numerosos trabajos científicos de primer nivel, puede producir en el niño un defecto en la capacidad intelectual.
32. Después de comer hay que esperar dos horas antes de meterse al agua. Depende de lo que se haya comido. Si se comió un sándwich o una fruta no va a suceder nada, pero si fue un suculento asado con ensalada y postre, el proceso digestivo se verá alterado. Puede ocasionar desde una simple indigestión hasta un trastorno mayor con pérdida de conocimiento.
33. La semilla del tomate hace mal. Cuando existen problemas intestinales como colon irritable o divertículos (hernias chiquitas en los intestinos) es preferible no ingerir semillas (de tomate, kiwi o frutillas) porque producen molestias. Pero para aquellos que están constipados, la semilla del tomate aporta más fibras y facilita la evacuación.
34. Hay que comer las frutas con cáscara. En lo posible sí, para tener una mayor cantidad de fibras y para evitar la pérdida de vitaminas. Pero para poder comerlas con cáscara es importante dejarlas remojar cambiándoles el agua varias veces para limpiar los insecticidas y plaguicidas.
35. Las verduras son más sanas que la carne. No. Cada cosa tiene su lugar. Necesitamos consumir hierro en buena proporción y la carne permite incorporarlo en mucho mayor medida que los vegetales.
36. Los adultos no necesitan tomar leche. No es verdad. Tanto como los niños, los adultos necesitan una fuente diaria de calcio, sobre todo las mujeres a partir de la menopausia por el riesgo de la osteoporosis.
37. Los vegetarianos tienen mejor salud que quienes consumen carne. No necesariamente. Ser vegetariano es una situación más laboriosa porque para mantener la salud hay que combinar muy bien todos los alimentos. Hay que obtener las sustancias presentes en los productos de origen animal para poder así evitar las anemias y otras enfermedades por carencia.
38. No hay que tomar bebidas frías cuando se está acalorado. Así es. Cuando el cuerpo tiene temperatura alta una bebida fría puede producir un espasmo gástrico. Si sólo se tiene a mano bebidas heladas, conviene tomarlas despacio y de a pequeños sorbos.
39. La carne de vaca puede reemplazarse con carne de pollo. No exactamente. La mejor distribución de carnes en la semana es: 1 o 2 veces pollo, dos veces pescado y tres veces carnes roja. La carne de vaca aporta el doble de hierro que la de pollo.
40. Los alimentos integrales adelgazan. Falso. Las harinas y cereales integrales tienen prácticamente las mismas calorías que los productos refinados, sin embargo, son más sanos los integrales por su alto contenido en fibra y minerales. "No adelgazan, sino que, al contener más fibra, regulamos la función intestinal y eliminamos más toxinas. Además, al ser saciante, evitamos comer más cantidad", añade la dietista.



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